Carnaval y Cuaresma
La fiesta
del Carnaval procede de las antiguas Saturnales romanas y dicen que su nombre
viene del latín carnem levare (o sea
quitar la carne o adiós a la carne), por aquello de que en la Cuaresma,
tradicionalmente, se ayuna y en algunos
días hay abstención de carne. En el Carnaval la gente daría rienda suelta a sus
ganas de juerga antes de las privaciones propias de la Cuaresma. Los cánticos
satíricos, un cierto desorden y la crítica a los poderes establecidos ya se
daba en las antiguas Saturnales; y la
exaltación del cuerpo, el disfraz y lo grotesco siguen siendo comunes a la
mayoría de los carnavales del mundo. Le
suele acompañar, además, la música el baile y la comida y bebida en abundancia.
La
Cuaresma es el periodo de cuarenta días que precede a la celebración de la
Semana Santa cristiana. El número nos recuerda los años que pasó el pueblo de
Israel, o los días de aislamiento y oración de Jesús. Ya en el Concilio de Nicea,(a.325)se habla de ella.
Pero en los primeros tiempos del cristianismo parece que la celebración de la
Resurrección solo iba precedida por el ayuno severo de unos tres días de
duración y posteriormente a toda la Semana Santa.
La
Cuaresma mira a la Pascua y llama a los cristianos
a un cambio de rumbo en la vida. Nos dice que este mundo, a todas luces
insatisfactorio, no es una fatalidad a la que resignarnos, que otra forma de
vivir es posible. Son tradicionales tres ejercicios en este tiempo: la oración,
el ayuno y la limosna. La oración nos permite vivir la presencia de Dios, como
el ideal de Belleza, de Verdad y de Bien que todos buscamos. El ayuno, es decir
la sobriedad, nos permite buscar lo realmente necesario para ser felices que
no pasa por el consumo exagerado. La limosna nos remite a atender a los otros y a compartir con ellos
nuestra vida y nuestros bienes, como única forma de acercamiento auténtico a Dios.
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/caceres/carnaval-cuaresma_790094.html
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